Procrastinar

Era demasiado amor. Demasiado grande, demasiado complicado...


Era demasiado amor. Demasiado grande, demasiado complicado, demasiado confuso, y arriesgado, y fecundo, y doloroso. Tanto como yo podía dar, más del que me convenía. Por eso se rompió. No se agotó, no se acabó, no se murió, sólo se rompió 

- Almudena Grandes

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Tú no besas...