No debería doler eso de perder alguien que nunca fue tuyo, pero es que cuando enfrentas tu realidad y sabes que debes asesinar las esperanzas que tenías de construir un "nosotros" mueres en ese justo momento. Y empieza a llover dentro de ti, tu alma se torna desolada, vacía, y las pobres cosquillas que sentías en el corazón se convierten en tristeza, olvidas cómo sonreír, vas llorando por dentro y sin ningún pañuelo que pueda secar esas lagrimas que se vuelven infinitas. ¿Por qué duele soltar lo insostenible?
Quizás porque conservaste la fé de ser "para siempre" y acabaron siendo "instantes".
- Luz Ramos
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