¡La puta madre! ¡Como me dueles a veces! Y no es que hagas nada para causarme esta pena. No, no es eso. Es que quererte duele adentro, bien adentro en el lado izquierdo de mi pecho. Justo ahí, donde más me faltas, donde revuelvo el tiempo y te encuentro, donde te busco y me pierdo. Y perdona que te lo diga, porque no fue mi intención lastimarte; es que no sé si extraño tus besos, o es que me estoy acostumbrando al dolor de tu recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario