Procrastinar

Uno, un poco, se convierte en lo que ama.


Uno, un poco, se convierte en lo que ama. Resulta inevitable. Un ser humano termina pareciéndose a lo que sueña. El carpintero, a su silla. El astrónomo, a su eclipse. A ti una noche te creció una barba rusa, intensa, de tanto leer a los rusos, y al levantar la vista del libro te descubriste con gafas miopes y ojos peterburgueses reflejado en los espejos, y ya eras otro, soy otro. Todos somos otros cuando alguien nos ama o deja de amarnos.

Eloy Tizón, Velocidad de los jardines, 

1 comentario:

ElaBlanKs dijo...

belleza.ballet.juventud

...si la felicidad tuviera un olor, ¿a qué olería?

Acabo de leer una pregunta que dice: si la felicidad tuviera un olor, ¿a qué olería? Y creo que la felicidad huele a calor de hogar, a llama...