Tras la muerte exageramos las buenas cualidades de una persona, las inflamos. En vida a menudo nos repele esa misma persona mientras hablamos con ellos por teléfono o sencillamente al estar en la misma habitación. Y a menudo nos mostramos críticos con su manera de caminar, hablar, vestirse, vivir, creer, pero que se mueran, a ver en qué criaturas se convierten entonces.
Ojalá en algún funeral alguien dijera: “¡Qué tipo tan odioso era!"
Incluso en mi funeral que haya un poquito de verdad, y luego la buena tierra limpia.
- Charles Bukowski.
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