Comprendió que su corazón no era un basurero para cargar con los escombros de un amor fugaz que pudo ser infinito y prefirió ser efímero. Mató al fantasma que le hacía recordar todo cada noche y con el también murió la esperanza de un tal vez, después si funcione. Su copa rebosó y entonces volaron a la mierda sus jodidos miedos e inseguridades y decidió escribir su propia historia. No aceptó morir tan fácil emocionalmente, su corazón no quiso renunciar a la idea de ser feliz algún día con alguien que sí esté dispuesto a dar amor, no excusas. (amor propio).
- Andrés Alfonso
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