Toda moral humana se encierra en esta sola frase: hacer a los demás tan felices como uno mismo desea serlo, y no causarles nunca un mal que no quisiéramos recibir. Estos son, amigo mío, los únicos principios que debemos seguir.
Debería haberme tomado en serio sus sentimientos, abrazarla con fuerza. Eso era lo que ella buscaba. Ser aceptada y abrazada sin condiciones. Debería haberle hecho sentirse segura aunque sólo fuera una vez.