—Yo diría que entre un «no lo suficiente» y un «nada de nada». Siempre estuve hambrienta. Aunque sólo hubiera sido una vez, hubiera querido recibir amor a raudales.
Ya no estamos en tiempos de celar, revisar celulares y vigilar a nadie. En esta época se está con quien quiere bonito y si ya no quiere, se le abre la puerta para que se vaya. Este siglo no es para mendigar amor, sino para recibirlo a toneladas con quien hay conexión emocional.