Después de haber bebido de la misma taza, se acostaron en el piso, se besaron los labios, reconocieron sus cuerpos y se quitaron la ropa. Hicieron de la alfombra nubes y una suave brisa acunó su desnudez. Compartieron salivas y sudores y les pareció explotar en mil pedazos al llegar al clímax. Saborearon el sabor dulce de sus pieles y llenaron sus lenguas de flores rojas y amarillas, azules. Se hicieron uno con el universo y lanzaron a la atmósfera un sin fin de frases cortadas por falta de aire en su ser. Lloraron al entregarse al acto puro de amar… amar en cuerpo y alma. Y cuando se sintieron plenos, rendidos ante tal placer, durmieron con los brazos entrelazados y las mentes juntas, pareciendo dos niños que después de haber jugado vuelven a ser inocentes, puros…
- Mercedes Reyes Arteaga, Fragmento de no se que.
Yo siento que me provocas, aunque no quieras hacerlo.
está grabado en tu boca, al rojo vivo el deseo.
y casi puedo tocarte, como una fruta madura,
presiento que voy a amarte, más allá de la locura.
Voy a comerte el corazón a besos, a recorrer sin límites tu cuerpo,
y por el suelo nuestra ropa, suave, gota a gota,
voy a emborracharte de pasión.
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