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"Vivir juntos fue como romper la magia".


Las amantes se mueven en un limbo especialmente construido para su desfogue y complacencia; los matrimonios sobreviven y luchan, aunque haya amor. Tanto es así que cuando el medio ideal en el que evoluciona la aventura se modifica y los amantes pasan a ser una pareja explícita y abierta al mundo, la fascinación se desvanece en la mayoría de los casos. Una mujer me decía: "No es lo mismo encontrarnos a escondidas, jugar con el peligro y revolcarnos en la cama una vez por semana, que vernos las caras todos los días... Vivir juntos fue como romper la magia". Como quien dice: de príncipe a sapo

- Walter Riso.La fidelidad es mucho más que amor.

La fuerza que yo busco, no es aquella que te lleva a perder o a ganar.

 

Lo que yo deseo, la fuerza que yo busco, no es aquella que te lleva a perder o a ganar. Tampoco quiero una muralla para repeler las fuerzas que lleguen del exterior. Lo que yo deseo es una fuerza que me permita ser capaz de recibir todo cuanto proceda del exterior y resistirlo. Fortaleza para resistir en silencio cosas como la injusticia, el infortunio, la tristeza, los equívocos, las incomprensiones.

- Haruki Murakami, Kafra en la orilla 

Sean como el bistec y las papas fritas.


Aspiren a tener una relación como la del bistec y las papas fritas. En realidad no se necesitan, separadas funcionan muy bien. Pero juntas son excelentes y se potencian. Son el verdadero complemento, el genuino quién pudiera. Sean como el bistec y las papas fritas.

A la lluvia... Gracias por devolverme la sonrisa en mitad de la noche.


  A la lluvia.

Gracias por devolverme la sonrisa en mitad de la noche. 
Mientras tú me despertabas, él me abrazaba por la espalda.  
Por un momento creí hallarme en el paraíso.  
Pero era mejor.  Estaba en la casa, empapada de amor.

- Desconozco el autor

Devuélvele el corazón a tu corazón...


Llegará el día
en que, exultante,
te vas a saludar a ti mismo al llegar
a tu propia puerta, en tu propio espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Otra vez amarás al extraño que fuiste para ti.
Dale vino. Dale pan. Devuélvele el corazón
a tu corazón, a ese extraño que te ha amado
toda tu vida, a quien ignoraste
por otro, y que te conoce de memoria.
Baja las cartas de amor de los estantes,
las fotos, las notas desesperadas,
arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Haz con tu vida un festín.

- Derek Walcott, El amor después del amor