Nunca he querido amantes. Para cambiar de opinión, debo remontarme a las raíces de la palabra. Porque, aunque nunca he querido amantes, siempre he querido amar y ser amado.
No hay palabra que designe a quien recibe el amor. Solo la hay para quien lo da. Se asume que los amantes van en pareja.
Cuando digo: sé mi amante, no quiero decir: tengamos un lío. No quiero decir: acuéstate conmigo. No quiero decir: sé mi secreto.
Quiero volver a la raíz de esa palabra.
Quiero que seas tú quien me ame.
Quiero ser yo quien te ame.
- David Levithan, A de Amor:
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