“¿Qué será de mi vida?”, es, pues, la pregunta sin respuesta.
“¿Qué será de mi vida?”, es, pues, la pregunta sin respuesta. La vida, en cambio, nos pregunta a cada uno de nosotros: “¿Qué harás de mí, qué sentido me darás, de qué significados me llenarás, que seré para ti?”. Y esta respuesta no puede darla nadie por nosotros. No es transferible, no es evitable. Responder es vivir. Vivir una vida elegida.
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