Aprendes por experiencia, no lo sabías, que uno de los resortes principales del ser humano es el ansia de confesión. La búsqueda de un oído, el que sea, no importa cuál. El hambre sensual del desahogo. Verterse en otra mente. Todos somos barítonos. El erotismo de un aliento fortuito. Dos soledades se rozan. El mar ruge en el tiempo.
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