El hombre de su vida le preguntaba: "¿Has tomado la píldora, cariño?"
Gerald Foos consideraba que la legalización de la píldora anticonceptiva, ocurrida a principios de los años sesenta, de la que era partidario pese a ser católico romano practicante, alentaba a muchos hombres a creer que tenían derecho a tener relaciones sexuales a voluntad. «Sí, la píldora permitía a las mujeres controlar su fertilidad-admitía-, pero ellas también asumían casi toda la responsabilidad, y la culpa, si de manera accidental quedaban embarazadas. El hombre de su vida le preguntaba: "¿Has tomado la píldora, cariño?", y luego asumía que el tema estaba solucionado: que tenía luz verde para el sexo, un orgasmo rápido y a dormir. Las mujeres habían ganado el derecho legal a elegir, pero habían perdido el derecho a elegir el momento adecuado»>
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