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Siempre quisiste hacerme sentir chiquitita e inútil...


Siempre quisiste hacerme sentir chiquitita e inútil, 
aunque después de tus risas, al ver que yo no reía y te 
miraba fijamente, terminabas con un «es broma».
Broma... una broma que me estaba zapateando la 
cabeza. Luego sentía culpa por no entender tu sentido 
del humor y ser una hipersensible que todo se lo toma a pecho.
No podía seguir el paso a tus risas sin control, yo quería 
reír contigo, pero siempre se trataba de reírse de mí.

- Gilraen Eärfalas, Cartas que no llegaron.

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