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¡No eres un pequeño conejo! ¡Eres un lobo!


Llevas una enorme carga... te lamentas sobre una vieja herida... te arrepientes... si insistes en ser la cría de un conejo, entonces llorar hasta que tus ojos estén rojos e hinchados está bien. Sin embargo, ¡No eres un pequeño conejo! ¡Eres un lobo! Los lobos nunca lloran. Debes tomar responsabilidad por esa herida con tus colmillos... debido a que sólo con ellos podrás encargarte de esos asuntos.

- Nozomu Tamaki, Dance in the Vampire Bund

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