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A veces necesitamos morir en un cuento para tener un final felíz en otro.


Estimado Lobo Feroz,

Viví tu historia y aunque no tenía colmillos ni garras, mi pasado me alejaba de mi amada. Aprendí que conquistar no es cazar y que amar no es exigir. Te prestaría al Genio y sus deseos pero si Caperucita no quiere verte, ni así fueras aire, ella te respiraría. Ambos tomaron otros rumbos y escribieron varias líneas con otros personajes. Deberías aceptar su distancia y su silencio. A veces necesitamos morir en un cuento para tener un final felíz en otro.

Tu amigo,
El Principe Aladino.

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