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Y llega un día en que te escuchas hablando como ella...


Y llega un día en que te escuchas hablando como ella, cocinando como ella, regañando como ella, cantando como ella, enseñando como ella, bailando como ella, escribiendo como ella, llorando como ella. 

Y llega un día en que esos zapatos gigantes que tanto te probaste te valen, y puedes recorrer su huella. Y con cada paso vas entendiendo todo lo que alguna vez criticaste. Y entiendes los límites, los retos, los enfados, las preocupaciones, los miedos.

Y agradeces que estuvo ahí, acompañándote de cerca, cuidando, vigilando. Y agradeces sus desvelos, sus sacrificios, su tiempo.

 Llega un día en que te miras al espejo y la ves. Porque unos meses estuvimos dentro de ella pero ella siempre va a estar dentro de nosotros. Madre.

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