Una mujer todavía -buenas mujeres- me asustó porque al final querían tu alma, y lo que quedaba de la mía, yo quería quedármelo. Básicamente anhelaba prostitutas, mujeres de base, porque eran mortales y duras y no hacían demandas personales. No se perdió nada cuando se fueron. Sin embargo, al mismo tiempo anhelaba una mujer buena y amable, a pesar del precio abrumador.
- Charles Bukowski, Mujeres.
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