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Me vine a pie hasta la casa, con ganas de llorar pero aguantándome...



Me vine a pie hasta la casa, con ganas de llorar pero aguantándome, con ganas de mandarlo todo a la chingada, y dispuesto a escribirlo y a guardarlo para después, a ver si un día me llega a parecer cómico lo que ahora es tan trágico... Pero quién sabe.

-José Emilio Pacheco

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