— Las cosas no valen por lo que cuestan en dinero.
— ¿Entonces?— Primero, por su valor de estima y segundo por su valor de servicio.
— ¿Cómo?
—Tu abuelita conservaba unos pétalos secos dentro de su Biblia. No valían nada, pero eran su mayor tesoro. Cuando los perdió, lloró mucho. Hay cosas que adquieren gran valor porque representan tu pasado, tus sentimientos o porque has puesto en ellas algo de ti:
Intenciones nobles, creatividad, desvelos. Una obra artística original puede no valer nada para otros, pero para el autor es invaluable; a veces prefiere regalarla que venderla, puesto que no puede ponerle precio a algo así.
- Carlos Cuauhtémoc Sánchez, Los ojos de mi princesa
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