La magia no es tener una varita de madera y conjurar hechizos.
En sí la magia no es tener una varita de madera y conjurar hechizos. No es eso de mover las manos y de repente ocurra algo inusual. No es extraer conejos de un sombrero haciendo acto final del espectáculo. No. La magia ocurre casi todos los días. Personas abrazándose. Niños cultivando amor a sus mascotas. Qué sé yo. La magia está esparcida para aquellas personas que aman sin saber un por qué, ni cómo; aman y nunca se arrepienten de sentirse amados.
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