Demasiadas cosas que no quiero hacer. Demasiada gente que no deseo ver. Los días pasan y la gente, las obligaciones, la búsqueda, la soledad. Después de todo una reunión de amigos y conocidos es una empresa de pesadilla. Si en vez de durar unas horas durara un mes no habría de que hablar, se terminarían las anécdotas, los chistes, las sonrisas, las botellas de whisky. Por eso es necesario tener un hogar, aunque sea silencioso y trivial. Un hogar, una guarida, algo que ampare de la soledad y la aglomeración
- Alejandra Pizarnik, Diarios
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