Algo tan sencillo
como un paseo por la playa,
sentir el viento en el pelo,
recibir el calor del sol en la piel,
o escuchar el mar a tu lado,
es suficiente para agradecer que tus sentidos funcionen,
admirarse de la naturaleza que nos rodea
y sorprenderse de la capacidad de disfrute del ser humano
cuando está en contacto con las cosas más sencillas de la vida.
- Almudena del Mazo
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