No le pidas a una persona en duelo que sea fuerte, cuando no lo puede ser. No le aconsejes que no llore, porque las lágrimas son parte del dolor. No compares su pérdida con otra, porque cada duelo es único y personal. No lo empujes a que contenga sus emociones, porque sería agregarle más carga. Acompañar en el dolor no significa darle ánimo para quitarle su pena. El silencio muchas veces es tocar con respeto el alma del que está sufriendo.
- Desconozco el autor
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