No asumas ni supongas nada que no haya comprobado. Si tienes cualquier duda, -por muy pequeña que sea- aclárala. Si sospechas de algo, pregunta. Hacer suposiciones te lleva a inventar historias increíbles que solo envenenan tu alma y que con frecuencia, no tienen ningún fundamento. Cuando creemos algo, suponemos que tenemos la razón hasta el punto de llegar a destruir nuestras relaciones por defender nuestra posición. Suponemos que todo el mundo ve la vida del mismo modo que nosotros. Suponemos que los demás piensan, sienten, juzgan y maltratan como nosotros lo hacemos. El día que dejes de hacer suposiciones, te comunicarás con claridad, libre de veneno emocional.
- Miguel Ruiz
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