El sexo no es sólo una unión de los cuerpos, también es una unión espiritual; una unión estática entre dos cuerpos y dos almas, que imita el gozo y el éxtasis de la unión con la divinidad en el paraíso. Dos cuerpos unidos en el placer. Dos almas unidas a través de la conexión entre sus cuerpos, así como la entrega entusiasta y altruista del propio ser.
- Sylvain Reynard, El Infierno de Gabriel.
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