No intento ser ese gran amor de tu vida, ese que exige te demanda y luego te olvida. Simplemente intento ser, ese que disfruta, cada instante y cada segundo de tu compañía.
Ese que en aquella noche de verano, bajo un cielo repleto de estrellas, encontró en un abrazo, y en un beso tuyo, la felicidad que creía perdida.
No quiero ser tu dueño, tu pastor, tu guía, ese que te dice lo que tienes que hacer y luego te margina.
Simplemente intento ser, ese que te quiere y te mima. ese que en aquella madrugada de desvelo, feliz extasiado, intensamente disfrutó de la paz de tu rostro, mientras dormías...
No me interesa ir de visita por tu vida, ser el gran señor... que te llena de cosas por fuera y por dentro te vacía.
Solo intento ser, el que te provoque una sonrisa. ese que aquel día poniéndose romántico enmarcó la belleza de tu rostro y le escribió una dulce poesía.
No me interesa ser ese que de rodillas suplica tu amor, ese que te tortura y lastima, con su fuerte obsesión. solamente ansió ser, aquel que naturalmente desees.
Ese que en una impensada y casual noche, fue el dueño de tu confianza, por única vez protagonista sin ninguna restricción, de la completa entrega de tu pasión.
Solo intento ser, aquel que te pueda enseñar: que quizás exista el amor eterno. que tal vez la felicidad tenga dueño, que cada instante compartido, pueda ser un mágico sueño, del que no se quiera despertar...
Solo pretendo ser únicamente yo, ese loco perdido que te quiere, ese poeta que se anima a decir sin miedo todo lo que siente:
¡Te amo intensamente como ayer, como hoy, como lo haré siempre!.
- Fabián Ruiz
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